Son tan antiguos como la propia cocina, se hacen sobre todo en Semana Santa y fiesta de Todos los Santos. Libres de fechas, se disfrutan porque están buenísimos, no engordan, aunque también se pueden rellenar con crema a gusto de cada cual. Se llaman de viento por estar vacíos por dentro, aunque siempre es tentador incorporarles algo, los convertimos entonces en profiteroles. Salen unas 40 unidades con estos ingredientes: 150 g de harina 200 ml de agua 50 ml de leche 40 g de manteca 4 huevos medianos 1 cucharadit. de polvo de hornear 1 pizca de sal 2 cucharaditas de azúcar Aceite para freír azúcar canela en polvo. Hacemos la masa tamizando la harina, que pasamos por un colador, esto es para que quede aireada y libre de grumos. En una olla ponemos a hervir la leche, junto con la manteca, también el azúcar y la sal. Fuego medio. Cuando empiece a hervir apagamos el fuego, apartamos del fuegp y echamos toda la harina de un golpe, mezclándolo todo muy bien, una espát